martes, 12 de junio de 2007

Entrevista a Antonio Marquet en Siempre!


Entrevista tomada de la revista Siempre!,
publicada el 10 de junio de 2007
en su número 2817

Antonio Marquet/Autor de
El crepúsculo de heterolandia.
Mester de jotería
Son los gays y lesbianas
quienes más acuden a la Iglesia





Eve Gil

El crepúsculo de Heterolandia. Mester de jotería
es un libro singular:
publicado por la UAM Azcapotzalco en la Serie
Humanidades de la Biblioteca
de Ciencias Sociales y Humanidades.
Se trata, eminentemente, de un libro
serio, académico… sin embargo, va mucho más allá
porque raras veces el académico se permite evidenciar
sus emociones. Antonio Marquet, periodista y docente,
se permite abandonar por momentos la
objetividad o lo que entendemos como tal
—escindirnos de la pasión— para
manifestar el muy humano dolor de formar parte
de una sociedad que impone un perpetuo performance
a quienes no se ciñen a sus exigencias:
“Heterolandia —explica el autor— hace referencia
al discurso que transforma
en institución cada uno de los gestos de la vida
heterosexual y lo vuelve
producto de leyes naturales, dictado por voluntad
divina. Asistimos al fin de las imposiciones del poder
(sea Iglesia, Estado, partido…) sobre cómo se
debe vivir a través de anatemas, condenas, descalificaciones
y excluyendo del orden legal. El discurso del poder
afianzado en la exclusión tiene sus días contados”.

Libro provocativo

El crepúsculo de Heterolandia es uno de los libros más
provocativos que se han escrito sobre el tema
de la homosexualidad, aunque más que explicarla
refleja la normatividad heterosexual desde una
perspectiva eminentemente
gay, misma con la que se analizan una serie de
obras artísticas. Nos hace ver que lo que pareciera
un odio congénito hacia los homosexuales
(ya desde niños se repudia al “afeminadito” de la clase)
es en realidad repudio hacia lo femenino. Aun dentro del
llamado ambiente, hay gays que rechazan, por ejemplo,
a los travestis o transexuales, y lesbianas que detestan
a los gays afeminados. “En el imaginario —explica Marquet—
aún prevalece la convicción de que el
homosexual pretende ser mujer, y la lesbiana, hombre,
lo cual no es más que una reiteración del pensamiento
binario. Hay una enorme misoginia en la persecución del
afeminado. En el hombre se cercena todo lo que se considera
femenino: afectividad, sensibilida. Se quiere que sea macho,
casi un bruto y luego la sociedad se extraña del feminicidio
y de la violencia. ¿No sería mejor plantear una educación
para el ser humano en vez de una educación para el hombre
(que no llora) y otra para la mujer modosita? La sociedad no
debe contentarse únicamente con encontrar a los responsables
de las muertas de Juárez (que es imperativo lograr);
debe asumir también la responsabilidad de que las instancias
discursivas son las que sostienen atizan ese odio a lo
femenino”. Marquet realiza una crítica espléndida, despiadada,
del ejercicio eróticodentro de esta sociedad de sopas
instantáneas. “Es el ritmo acelerado —señala— de la vida y la
vida del sujeto contemporáneo bajo la ley de la ganancia: el
otro me sirve,lo utilizo y lo desecho. En esta fórmula,¿se goza
con el otro? El cuarto oscuro pretendía romper barreras; como
práctica única es tan empobrecedora como la polarización
hombre/mujer; hetero/homo. Creo que habría que preguntarse por
esta búsqueda constante del placer que toca no sólo a la
comunidad gay sino a la sociedad en su conjunto. Se ha elevado
al goce y la satisfacción a nivel de valores absolutos; dictados
que estamos obligados a exhibir como medida de éxito y felicidad,
prueba de que somos «ganadores»”. Paradójicamente, revela Marquet,
la Iglesia, una de las principales instancias que promueven la
homofobia, es mucho más frecuentada por gays y
lesbianas que por los homófobos que acatan su discurso.

Persecución y abstinencia

“El gay —dice— acude a la religión; el odio contra la diferencia
está en la Iglesia como institución de seres «puros» que ha
cercenado el texto del Evengelio: se predica la persecución o su
forma hipócrita que es la abstinencia. Y es que las iglesias se
fortalecen con alimentar el odio al otro: han quemado a
musulmanes, judíos y protestantes. La Iglesia inventó la
Inquisición. Tiempo vendrá en que se podrá demandar a quien
llame al odio, a la persecución. O será la era de los ayatollas,
del terror y de la hoguera.El retraso de la Iglesia es
impresionante. Apenas se puede creer que la Iglesia deba comenzar
por abrirse… ¡a Darwin!”. “Lo lamentable —continúa Marquet— es
que las doctrinas eclesiásticas de exclusión tienen su correlato
en un estado que rinde malas cuentas en el renglón de la
educación. Ambos han descubierto que les conviene el ignorante
porque es manipulable, presa del miedo y se idiotiza fácilmente
con la TV. A ellos se les promete el paraíso o el sexenio que
vendrá, mientras vive en el infierno de la ausencia de
perspectivas laborales, educativas, de justicia”. No obstante
lo anterior, Marquet hace hincapié en que encontró un fuerte
impulso a su investigación sobre cultura gay en la Iglesia
metropolitana que durante el primer congreso de historia de la
comunidad lésbico-gay en Monterrey definió el compromiso del gay
con la verdad, la modernidad y la visibilidad. Marquet no
manifiesta el mínimo optimismo respecto a lo que pareciera ser
una reivindicación del amor homosexual a través de películas
multipremiadas como Secreto en la montaña. Para él,tristemente,
no es más que una moda pasajera que se mantendrá mientras las
taquillas reaccionen favorablemente a dicha temática.
En el fondo sigue habiendo la misma discriminación hacia la
comunidad gay.

miércoles, 25 de abril de 2007



El 14 de febrero de 2001 los testigos de honor de las miles de parejas que decidieron formalizar su vínculo afectivo acudiendo a las uniones solidarias fueron: Angélica Aragón, Diana Bracho, Rolando Cordera, Federico Reyes Heroles; Rincón Gallardo, Gonzalo Celorio, María Rojo, Sara Sefkovich, Elena Poniatowska, Jesús Silva Herzog Márquez.

lunes, 9 de abril de 2007

El crepúsculo de Heterolandia

Portada del libro
El Crepúsculo de Heterolandia
Mester de Jotería

lunes, 29 de enero de 2007

sábado, 27 de enero de 2007